No hay que ser un genio para darse cuenta que el primer contacto entre la humanidad y una civilización extraterrestre supondrá un cambio profundo en nuestra realidad. Ponernos en contacto con seres provenientes de otro planeta -quizás de otra Galaxia- hará que la humanidad cambie de muchas maneras. Pero antes que eso suceda, deberemos afrontar lo que los expertos denominan el “primer contacto”. Imagina que, de alguna forma, el momento ha llegado, y tienes frente a ti un saludable ejemplar de ser extraterrestre. ¿Qué deberías hacer? La pregunta no es en absoluto trivial, ya que cada decisión que tomes podría comprometer tu integridad, la del alienígena y/o -en el peor de los casos- la de la raza humana completa. Este primer encuentro puede ser tanto el punto de partida para la más maravillosa aventura que jamás hayamos emprendido, o la fuente de los problemas más grandes que nunca hayamos imaginado. La manera en que se maneje el primer contacto puede decidir nuestro futuro, y no es una pérdida de tiempo pensar en ello.
Lo primero que tenemos que olvidar es todo lo que hemos visto en las películas que tratan este tema: no será fácil “hablar” con ET. Su cuerpo -en caso de que tenga uno- podría ser lo suficientemente distinto como para resultar indiferente a las vibraciones del aire que utilizamos para comunicarnos mediante sonidos. Tampoco hay muchas razones para suponer que pueda ver, y si lo hace, quizás no sea sensible a las mismas longitudes de onda que nosotros. Estos dos factores representan un gran obstáculo: no hay que dar por hecho que podrás hablarle (ni el decir “ET phone home” en inglés mientras levanta un dedo). Aún si tienes suerte, y por más que los extraterrestres posean algo parecido a un oído, será muy complicado establecer las bases para entendernos. Hace millones de años que compartimos el planeta con miles de animales, y no podemos saber qué nos dice nuestro perro cuando hace “guau”. La mente de un extraterrestre seguramente será completamente diferente a la nuestra, y su “psicología” digna de una película de terror. Las nociones que tenemos del bien y del mal, o de la paz y la guerra, o de la vida y la muerte, pueden no significar nada para un ser de otro planeta. Comunicarse será un verdadero problema.
Muchos han propuesto utilizar la matemática o la geometría para establecer las bases del contacto. Por ejemplo, dibujar un triángulo rectángulo con la relación entre sus lados y la hipotenusa escrita al lado puede ser una buena idea. Pero, ¿cómo hará ET para verlo? En efecto, nuestro dibujo quizás quede fuera de sus posibilidades físicas de verlo. Y si lo puede ver, ¿cómo sabrá que no intentamos mostrarle la estructura del papel o alguna rara forma de arte?partes” con las que estamos construidos. Pero la realidad puede ser completamente diferente. En planetas sometidos a presiones, temperaturas y composiciones químicas diferentes, la vida puede haber tomado la forma de cualquier cosa. Quizás tengamos frente a nosotros algo parecido a una lapa gigante y ciega que respira metano, o a una bola de gelatina contenida dentro de una vaina semitransparente. Cuando imaginamos esas formas de comunicación, asumimos que lo que tendremos enfrente es algo parecido a un humano. Quizás con dos cabezas o sin piernas, pero generalmente imaginamos que sus cuerpos serán semejantes a los nuestros. Nuestra imaginación solo alcanza para dotarlos de diferentes cantidades de las mismas “No, no será fácil.
Muchos han propuesto utilizar la matemática o la geometría para establecer las bases del contacto. Por ejemplo, dibujar un triángulo rectángulo con la relación entre sus lados y la hipotenusa escrita al lado puede ser una buena idea. Pero, ¿cómo hará ET para verlo? En efecto, nuestro dibujo quizás quede fuera de sus posibilidades físicas de verlo. Y si lo puede ver, ¿cómo sabrá que no intentamos mostrarle la estructura del papel o alguna rara forma de arte?partes” con las que estamos construidos. Pero la realidad puede ser completamente diferente. En planetas sometidos a presiones, temperaturas y composiciones químicas diferentes, la vida puede haber tomado la forma de cualquier cosa. Quizás tengamos frente a nosotros algo parecido a una lapa gigante y ciega que respira metano, o a una bola de gelatina contenida dentro de una vaina semitransparente. Cuando imaginamos esas formas de comunicación, asumimos que lo que tendremos enfrente es algo parecido a un humano. Quizás con dos cabezas o sin piernas, pero generalmente imaginamos que sus cuerpos serán semejantes a los nuestros. Nuestra imaginación solo alcanza para dotarlos de diferentes cantidades de las mismas “No, no será fácil.
Por otro lado, tanto las esperanzas como los temores que la raza humana posee se pondrían de manifiesto. Los prejuicios -religiosos o no- pueden hacer que cuando tengamos un ET enfrente intentemos eliminarlo. Por otro lado, las ideologías también pueden ser un problema. No es aventurado pensar que si el primer contacto lo establece un miembro de alguna fuerza militar el humano intente capturar al alienígena para obtener alguna ventaja frente a otras naciones. ¿Cómo reaccionaría un extraterrestre ante esto? Esta situación nos lleva a otro problema: hagamos lo que hagamos, digamos lo que digamos, tenemos que poner nuestro mejor esfuerzo en evitar los malos entendidos. Si los alienígenas se sienten amenazados, pueden ponerse violentos. Tendemos a pensar que cuando más evolucionada es una raza, mas benigna será. En realidad, no hay mucho sustento para esto. Es muy posible que su civilización haya sobrevivido simplemente gracias a su capacidad para destruir a los enemigos de turno. Y si su cultura es solo 1000 o 2000 años más avanzada que la nuestra, podrían poseer una tecnología lo suficientemente desarrollada como para convertir todas nuestras ridículas armas en juguetes inofensivos.
Está claro que no estamos preparados realmente para establecer un contacto de este tipo. Lamentablemente, no tenemos forma de saber cuándo tendrá lugar semejante evento y, por lo que sabemos, podría ser mañana mismo. Si te toca ser el primero en estar frente a un ser de otro planeta, en primer lugar intenta sobrevivir. Olvida aquello de que “la mano con los dedos hacia arriba es la señal universal de la paz.”. ET puede creer que estás por golpearlo, o en su cultura eso puede significar algo así como “eres un cabrón hijo de una rana peluda”. Quizás sea más razonable quedarte quietecito, mirarlo durante un rato, y esperar a que él tome la iniciativa. Esto, por supuesto, no garantiza nada: puedes haber tenido la mala suerte de que sus costumbres impliquen matar al primer ejemplar de otra raza que se les presente como parte de un ritual de bienvenida, o que interprete tu inmovilidad como una burla. Lo único seguro con los alienígenas será que son extraños. ¿Cuán extraños? Seguramente mucho más de lo que podemos imaginar. No hay un consejo que pueda tener más posibilidades de éxito que otros. Seguramente no es buena idea correr hacia el agitando un palo sobre tu cabeza, pero arrojarse a sus pies y comenzar a adorarlo tampoco tiene por qué ser efectivo.
No son más que especulaciones. Quizás, cuando llegue el día, ET sea un humanoide de rasgos delicados que portará un traductor universal colgado de su cuello, y vendrá en son de paz. Pero mientras esperamos que llegue el día de descubrir la verdad, podemos jugar un poco imaginando como será ese “primer contacto”, ¿no crees?
Está claro que no estamos preparados realmente para establecer un contacto de este tipo. Lamentablemente, no tenemos forma de saber cuándo tendrá lugar semejante evento y, por lo que sabemos, podría ser mañana mismo. Si te toca ser el primero en estar frente a un ser de otro planeta, en primer lugar intenta sobrevivir. Olvida aquello de que “la mano con los dedos hacia arriba es la señal universal de la paz.”. ET puede creer que estás por golpearlo, o en su cultura eso puede significar algo así como “eres un cabrón hijo de una rana peluda”. Quizás sea más razonable quedarte quietecito, mirarlo durante un rato, y esperar a que él tome la iniciativa. Esto, por supuesto, no garantiza nada: puedes haber tenido la mala suerte de que sus costumbres impliquen matar al primer ejemplar de otra raza que se les presente como parte de un ritual de bienvenida, o que interprete tu inmovilidad como una burla. Lo único seguro con los alienígenas será que son extraños. ¿Cuán extraños? Seguramente mucho más de lo que podemos imaginar. No hay un consejo que pueda tener más posibilidades de éxito que otros. Seguramente no es buena idea correr hacia el agitando un palo sobre tu cabeza, pero arrojarse a sus pies y comenzar a adorarlo tampoco tiene por qué ser efectivo.
No son más que especulaciones. Quizás, cuando llegue el día, ET sea un humanoide de rasgos delicados que portará un traductor universal colgado de su cuello, y vendrá en son de paz. Pero mientras esperamos que llegue el día de descubrir la verdad, podemos jugar un poco imaginando como será ese “primer contacto”, ¿no crees?
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